El aspecto de nuestro pelo influye en nuestro estado de ánimo. Todas queremos que nuestro cabello luzca sedoso, limpio, brillante y con movimiento, algo difícil de conseguir cuando  se tiene un cabello graso.

1. Cepillado antes de lavado

Es muy importante cepillarse el pelo para que el lavado sea más efectivo. Lo mejor es apostar  con un cepillo de punta redonda.

Cuando lo tenemos limpio, para cepillar el pelo graso y que no se ensucie, debemos colocar la cabeza hacia abajo y peinar de raíz a puntas, así, airearemos la raíz y eliminaremos residuos.

2. Temperatura del agua

Lo más adecuado es utilizar agua tibia tirando a caliente para eliminar la grasa y la suciedad sin resecar la dermis y, por tanto, sin estimular una sobreproducción de grasa.

 Una vez que tengamos el pelo limpio, conviene hacer el último aclarado con agua fría para cerrar la cutícula, aportar brillo y contribuir a que el pelo no se ensucie tan rápido.

3. Cómo aplicar el champú

Antes de echar el champú, debemos humedecer muy bien el cabello. Después, hay que emulsionar el champú en las manos para activar sus propiedades y aplicarlo en el pelo. Apuesta por champús neutros, con un PH en torno al 6,5.

4. ¿Acondicionadores? ¿Mascarillas?

Puedes y debes usarlos, pero una vez a la semana y sólo de medios a puntas. Lo importante es aclararlo después abundantemente.

 5. No te toques el pelo 

Intenta tocarlo lo menos posible, así no estimularás las glándulas sebáceas

6. El truco del limón

Aplica dos o tres gotas de limón en el acondicionador o mascarilla y así controlarás más la grasa.

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